Noche al ritmo del Blues

Estaba algo triste, ya llebaba un buen tiempo en Heaven City, y seguía inexplicablemente solo...
Llegó a casa, se cambió de ropa y encendió un cigarrillo, no tenía muchas ganas de pasar la noche en casa, que iba a hacer ¿sentarse ahí a comer helado en pijama como una treintona de película romántica? No, para nada, el Rey ha regresado a la ciudad, y la ciudad necesita un recordatorio de quien es... Se dio una ducha fría, se puso uno de sus mejores trajes y tomó un taxi, había oído que esta noche un grupo de blues estaría en un pequeño bar, amaba la música, era de las pocas cosas que le animaban tanto, el sonido desgarrado y triste del blues le recordaba su pasado, su infancia en el orfanato, y sobre todo...a Michiru...

Tomó un taxi y le dio la dirección al taxista, no quería charla, por lo que le pagó un extra para que se diera prisa, llegaron bastante rápido, por lo que bajó y entró al bar. El ambiente no era muy animado, pues la banda no salía a escena. Miró su reloj, y al hacerlo, por el reflejo de la esfera pudo divisar a un par de mesas de él a una voluptuosa y hermosa chica, estaba en eso cuando notó algo raro, la banda subía a escena, había música, pero el cantante no estaba. Se acercó a la barra y oyó del cantinero que el cantante estaba algo atrasado en el tráfico.

Era la hora de que el Rey hiciera su jugada, tomó su armónica de su bolsillo, subió al escenario y comenzó a improvisar con la banda. Los músicos en notaron que él sabía bastante, y lo siguieron, cuando hubo notado aquello, tomó el micrófono y comenzó a cantar lo siguiente:


https://www.youtube.com/watch?v=MUpc0YNkkJ0

Spoiler:

Una vez terminada la canción y habiendo recibido los aplausos de la gente, levantó algo la ceja, y pudo ver como el cantante se acercaba al escenario y le daba un apretón de manos y las gracias, bajó caminando suavemente, mientras le daba una larga mirada a la chica, tomó su vaso de wisky y caminó hacia la mesa:

-Estás sola, bonita...¿Puedo sentarme?

Con su mejor y más seductora sonrisa, mientras le miraba fijo a los ojos.

Cruzada de piernas en uno de esos largos sillones-sofá que ponen generalmente en zonas 'especiales' se encontraba la querida Ragnarok. Esta vez iba arreglada de una forma distinta, pantalones de cuero ajustados, una camiseta sin mangas la cual iba como el pantalón, ajustada y una chaqueta por encima. Habría ignorado desde un principio la música, ya que lamentablemente, sus gustos eran un poco más brutales, pero no ignoró el talento de el osado a subir a cantar.

Como quieras - Respondió mientras daba vueltas su vaso, el cual no contenía nada más que simple jugo de naranja. Le gustaba tomar, pero en ciertos casos y este no era uno de ellos. Apartando que siempre caería de la peor manera si se alcoholizaba. De igual manera, mantuvo aquella pose de mujer engreída y observó al ya conocido humano por su olor con aquellos enormes orbes violetas. Sus orejas simpatizaban con el ruido, aunque algunos le causaron un poco de color, por lo mismo demostraba pequeñas muecas de molestia en su rostro.

Soltó un suspiro, meditó unos segundos y no sería grotesca con él, bueno, tenía ese olor... tan de mujeriego, su nariz se arrugaba para sentir mejor el olor de él, y así era... tenía bastantes aromas de fragancias suaves... rió para sus adentros. - Ragnarok - Se presentó por su apellido, no deseaba que le llamara por su nombre... no aún - Ragna-Chan, si gustas - Sonrió ariscamente, de manera engreída. Sin más de fondo comenzaría la banda a tocar, se escuchaban como esas canciones de garaje, esas bandas locales...

Spoiler:

Notó como ella suspiró un poco, pudo ver como le miraba, en el fondo, sabía que le había parecido al menos interesante, su nombre le pareció algo extraño, a lo que le hizo un comentario:

-Ragnarok...como el fin del mundo...apropiado para alguien que podría hacer que perdiese la cabeza...con todo el peligro que eso conllevaría...

Se sonrió ampliamente, era la verdad, ella tenía un cuerpo que podría hacerle perder la razón si quisiera, y por sus miradas, al parecer quería.

-Espero no te moleste, Ragna-Chan...que te diga que estás hermosa esta noche...

Le hizo el cumplido, en realidad para tantear el terreno, por su mirada se veía que ella era una chica de las que no se andan con rodeos, tomó su vaso y lo levantó brindando:

-Salud!! Por el destino, que nos junta hoy para disfrutar la vida!

Se sonrió de medio lado, estaba algo embobado en sus hermosos orbes, tenía una mirada de esas que te quitan el aliento, bebió de su copa y disimuló un poco, siempre mirándola, sus delicadas y sexys formas eran una invitación para él, aunque esperaría un poco, ella era un manjar que quizá, si tenía algo de suerte, probaría alguna vez...y de seguro valdría la pena...