Residencia Ichinose

Recuerdo del primer mensaje :

Una mansión a las afueras.

Exteriores:

Entrada (Hall):

Salón-Cocina:

Patio interior:

Terraza:

Piscina exterior:

El pasado, el presente, el futuro, todo en ella estaba condicionado, incluso la razón de que hubiera tomado ese trabajo como asesina, sus padres había muerto delante de ella pero eso no era todo, había algo mas, un miedo que oprimía a Akasha, un miedo tan grande que hacía que hasta ella, la gran independiente, la pantera que no necesitaba a nada ni a nadie, temblara de terror, llorara y pidiera ayuda, si, realmente ese era uno de sus peores miedos, un miedo, un temor, una pesadilla, que ni la mismísima Erza Scarlet conocía.

-Lo era, lastima que no lo conociera demasiado y me lo quitaran pronto...- El comienzo salio de sus labios con orgullo, pero el final se perdió en un susurro, lastima que desconocía que el lo escucharía igual

¿Cuando un extraño se había vuelto su fuente de desahogo?, ¿cuando había decidido contarle algo tan intimo que ni su hermana conocía?, ¿Seria capaz de matarlo una vez acabara de escuchar su historia?


-Entonces comience cuando guste Ichinose-sama-Con sus suaves palabras invitó a Ichinose a que comenzara con su relato, mientras ella se acercaba al sofá y se sentaba, preparada para escucharle, y al oir lo del hermano se sorprendio-

¿Su padre estaba muerto? ¿Cómo? Le dí mi pésame, aunque supiera por experiencia que eso no eran más que palabras que no servían para nada.

—Se lo que se siente. — mi madre murió pensando que la odiaba y eso me acompañaría el resto de mi vida. Ese horrible peso de culpavilidad sería mi penitencia hasta el último de mis días.

Me mordí el labio sin saber muy bien como empezar. ¿Porqué iba a contarle algo tan personal a una completa desconocida que no era quién decía ser? ¿Desde cuándo era tan estúpido?

—Él... era un genio. — sonreí con amargura al recordar como tocaba el piano. —Si lo hubieras escuchado tocar el piano... Dios, era mágico. — levanté la tapa y vi las teclas. Esas teclas que nunca había tocado yo. —Siempre me sentí inferior a él... su clon inútil que no servía para nada.

—No me trates de usted. — y aunqeu estaba siempre rodeado de ellos, odiaba los formalismos.

No podía contarle algo así a alguien que no hacía más que tratarme con un respeto que ahora veía inecesario.
Bufé con cierta gracia al escucharla hablar. Qué fácil de decir. Pero en la mente de un adolescente, que le regalen todas las atenciones a tu hermano menos pianista, o bien hace que te vuelvas rencoroso, o que te sientas inferior. Supongo que tuve suerte de ser del segundo grupo.
¿Persona maravillosa? ¿Yo? Ahora dudaba de lo que ella tenía por algo "maravilloso" Yo he hecho muchas cosas malas.

—Él era el prodigio, el popular, el que tocaba tres teclas y traía a casa más dinero del que mis padres ganaban en un año. — pasamos de no tener dónde caernos muertos a vivir por encima de la clase media. —Yo no sabía hacer nada. No sabía tocar, no sabía dibujar o jugar a futbol. Me sentía tan solo. No sabía hacer nada de lo que se supone que los chicos de mi edad sabían hacer. — pero ya no lo recordaba con dolor, tan solo con algo de melancolía, era el inútil pero tenía a mi familia, ahoraya no me queda ni eso. —No era nada más que "El hermano de Hayato"

-Es difícil no hacerlo, cuando he de llamarle Ichinose-sama, USTED, es mi jefe, he de tratarlo como tal... por muy extraña que sea la situación, y por muchas confianzas que nos tomemos, seguimos siendo igual...dos personas muy diferentes, de clases muy diferentes...

Y no sabía porque le dolía aquello, ella había sido siempre una gata callejera que se había escondido del peligro entre cubos de basura y lagrimas, siempre había sido aquella que se mantenía fuerte para que nadie la derrumbara, siempre había sido la que enfrentaba todo, mentira...no siempre había sido así, durante una época había sido una niña feliz, una que solo se preocupaba de sonreír, de disfrutar y de complacer a sus padres, lastima que aquella niña, había muerto con aquellos seres queridos, que se llevaron todos los buenos recuerdos que le quedaban...

-¿Y eso hacía del mejor persona que usted? ,¿tener un don hace de alguien mejor que otro?, yo no lo veo así, cada persona es única, diferente, cada uno destaca a su manera, usted no era bueno tocando el piano, ¿qué mas daba?, seguro era bueno en otras cosas...-Suspiro levemente, lo que los chicos de aquella edad debían saber hacer estaba tan sobre-valorado, ella a esas edad había aprendido que si hacías presión en cierto punto del cuello, la persona dejaba de respirar, pero ella no podía decir eso, tomo aire, maldita sea...aquello era difícil.

-Eso no es verdad, seguro que algo podría hacer, solo que no lo descubrió...es así de simple, todos somos buenos en algo, solo que algunos no descubrimos en que, hasta que ha pasado un tiempo-Ella misma había descubierto que era especialmente buena como mercenaria, y como luchadora, y eso no era nada típico para las chicas de su edad, otro suspiro salió de sus labios, ella en cierta manera le comprendía, aun que nunca fuera a reconocerlo.-Pues las personas que lo veían así, eran realmente estúpidas...