Kagura Suzuhira

Nombre: Kagura Tomoyo Suzuhira

Apodo: "Blanquita", "Bakagura".

Edad aparente: 20 años.

Sexo: Femenino.

Inclinación sexual: Heterosexual.

Faceta: Uke.

Raza: Gato/Neko

Rango: Esclavo/SexMaid


Descripción física: Lo que resalta de gran manera en el físico de Kagura es su largo, lacio y suave cabello de una extraña tonalidad plateada, clara y que fácilmente puede confundirse con el blanco. Su cabellera es larga, teniendo una altura de aproximadamente hasta un poco más debajo de su cintura. Es completamente lacio y por cuestiones de comodidad, suele llevarlo atado en dos coletas. Su cabellera está muy bien cuidada, sedosa y brillante, siempre teniendo un aroma frutal o de vez en cuando a licor de fresa, debido a su gran adicción a este.

Su piel es blanca como la nieve o también asemejándose a una hoja de papel. Suave y tersa, perfectamente cuidada. Tan claramente suave que fácilmente puede obtener algunos rasguños si no anda con cuidado. Débil a los ambientes calurosos y claramente al sol. Generalmente tiene que resguardarse de los rayos UV, ya que estos, le afectan grandemente.

El rostro de Kagura es levemente perfilado y claramente aniñado, dándole una apariencia menor a la que su edad describe. Posee unos grandes y demostrativos ojos color rojo, pero que se pueden confundir fácilmente con el carmín. Sus pómulos son levemente abultados, con un adorable rubor rojizo, contribuyendo más a su apariencia aniñada. Su nariz es perfilada y pequeña. Los labios de la muchacha son finos y delicados, además de ser rosados, carnosos y delicados.

Finas curvas se asoman en el físico de la muchacha. Pechos de un exuberante tamaño, además de ser delgada y levemente, muy poco, atlética. Es de baja estatura, midiendo aproximadamente 1.50 metros, algo que, generalmente no le importa demasiado. Está feliz por ser como es y jamás se atrevería a cambiar su apariencia.

Descripción psicológica: Aunque no lo aparente demasiado, Kagura es una chica tímida a más no poder. No obstante, persigue sus objetivos hasta el final, con obcecación o cabezonería, pero siempre con una sonrisa en el camino. Es una muchacha claramente tierna, dulce y amable; jamás dudaría en ayudar a una persona, algo que la hace evidentemente inocente. Le gusta hablar a veces, como una niña pequeña, incluso llegando a hacer pucheros si es necesario. Dicho anteriormente, es una chica tímida y poco habladora. Inteligente gracias a los muchos libros que ha leído y bastante madura aunque no lo aparente. Tiene miedo de conocer gente nueva y no caerles bien, por eso cuando está nerviosa saca sus gafas y se oculta tras de ellas, para poder mirarles con un cristal, separándolos.
Solo sabe del amor lo que ha leído en sus libros y le gustaría experimentarlo, pero por culpa de su timidez extrema es incapaz de hablar con ningún chico.

Es ligeramente despistada y fácilmente puede enojarse. Celosa y bastante posesiva, defiende su territorio con dientes y garras, aunque el sonrojo siempre llega temprano a sus mejillas. Cuando algo realmente le interesa, no deja de cavilar sobre ello, a tal grado que puede llegar a sufrir de insomnio por las noches. No es para nada fácil de influenciar, sólo cree en lo que dice y en lo que piensa. Cuando realmente no encuentra una solución clara para sus problemas, se deprime a tal grado que le permite a sus lágrimas escapar y resbalar por sus mejillas, algo desagradable para ella, ya que, se prometió nunca volver a llorar.

Historia: Kagura nació en una familia de los altos mandos ya instalada en grandes e importantes terrenos. Al principio, sus padres estaban felices y llenos de alegría porque habían traído al mundo a una preciosa niña, delicada y casi parecida a una muñeca de porcelana. En sus tiernos años, había recibido todos los lujos que una niña perteneciente a un linaje adinerado recibía. Los progenitores de la pequeña eran más que felices, ya que, habían perdido todas las esperanzas de tener a un hijo hace algunos años ya que, la madre había abortado de manera natural a su primer embrión, causando un leve problema de depresión en ambos pero que luego se había esfumado como si se tratase de magia.

La unigénita de la unión Suzuhira, creció llena de lujos y dinero. Aprendiendo todas las artes que sus maestros pudiesen enseñarle. Los progenitores de la niña, querían que fuese una muchacha con mucha capacidad mental además que se supiera defender de los problemas de la vida. Su existencia era perfecta, recibía todo el cariño de sus padres y tenía toda la protección de estos; eran inseparables, casi como si fuesen una familia perfecta. Aunque… No todo es color de rosa. Al cumplir sus nueve años de edad… Su padre comenzó a cambiar, dando un gran vuelco a su corazón. Todas las noches sentía como sus padres discutían y más de una vez, el hombre le alzo su mano a la madre de Kagura.

La pequeña creció observando todo el maltrato mental y psicológico que su madre recibía por parte de aquel hombre al que, ni siquiera estaba segura de si era su padre. A los trece años de la ya casi adolescente muchacha, se enteró por pura casualidad del engaño de su padre hacia su progenitora. La joven había visto a su “padre” estar con una extraña mujer… Perturbada por aquellas imágenes, había llorado la mayoría de las noches. Lo que nunca se imaginó que pudo ser, lo había visto ella con su propio mirar. Aquello nunca se atrevió a revelárselo a alguien, ni a su propia madre.

Luego de unos meses de aquella situación, reunió todo su valor y le escribió una carta anónima a su madre, en la cual describía todo lo que su “esposo” había estado haciendo en los últimos años. La dejo silenciosamente en la habitación de su progenitora, exactamente en su cama. Para esos días el esposo de su madre se había ido de viaje. Luego de ello, rápidamente se dirigió a su habitación. Lágrimas recorrían sus mejillas mientras sentía un mar de tristes emociones… Frustración, ahogo, soledad y furia. Nunca imaginó que su perfecta vida iba a dar un cambio tan drástico.

Después de un corto tiempo, su madre ya sabía de la noticia y ya cansada de todo el sufrimiento y maltrato llevado por cortos años, buscó un abogado y se divorció del padre de Kagura. La progenitora de la joven era tolerante pero como cualquier persona, había llegado a su límite. Luego de la separación, tomó a su hija y se la llevó consigo, alejándola de aquel hombre al que alguna vez amó y seguía amando.

Kagura al ser la causa del divorcio de sus padres, llevaba ese peso con ella… Peso que, perduraría y duraría por el resto de su vida en su mente. Su madre nunca había sabido quien era la persona que le había enviado la carta pero, de alguna forma le agradecía. La joven, al llevar aquel peso con ella, había entrado en un estado de depresión y leve sofoco, por lo cual, todas las noches lloraba… Hasta que un día su madre se dio cuenta de ello.

Su progenitora había entablado una larga y detallada conversación con su hija, en la cual, en todo el trayecto la muchacha no había parado de llorar. Su madre le ofreció un cambio, ya que, no aguantaba verla en esas condiciones. Le pidió unos días para pensarlo y luego de ese período, se decidió y asintió de forma afirmativa ante aquel cambio. Su madre a punto de llorar la abrazó y le dijo cuanto la quería y la extrañaría. Con mucho esfuerzo la envió a vivir sola a Heaven City, donde esperó llevar una vida tranquila, aunque no fue así, pues no pudo sostener su propia economía. Tarde o temprano cayó en manos de la tienda Lemon Land Shop, convirtiéndose en una esclava.

Claro, que a Kagura no le quedaba otra opción más que esperar a ser comprada por alguien y salir de allí cuanto antes. Aún dentro de toda esta soledad, Kagura posee un precioso brazalete regalado por su madre que significa que, aunque estén en distintos lugares, ella siempre velará por su hija. Además que, la joven se prometió a ella misma, nunca volver a llorar otra vez.

Por otro lado, su padre se enteró de la noticia por una ajena persona. Aunque estén separados, el continuaba amando a su hija pero no sabía el cómo acercarse a ella por todos los pecados que había cometido por lo cual, cada mes le envía una carta hasta donde ella se encuentre, informándola de lo que hace y diciéndole en ellas cuanto la quiere. Kagura levemente feliz, las acepta y responde unas pocas.

Gustos:
▪ La música clásica. Sabe tocar muy bien el violín.
▪ La leche y los lácteos en general.
▪ El licor de fresa, es fanática.
▪ Adora la lluvia y los ambientes fríos y tranquilos.
▪ Gusta de observar el espacio y las preciosas constelaciones.
▪ Amante de la música, la pintura, la escultura y diversas formas más de arte como el baile, la literatura y la poesía; además de esto también es una apasionada por la lectura, los estudios, la ciencia, teología, filosofía y diversas ciencias y formaciones a lo largo de la historia.
▪ La nieve y la navidad.
▪ La cultura japonesa, las katanas (Sabe mucho de ellas y sus historias) y los relatos de samuráis.


▪ Las personas falsas.
▪ Los ruidos y el desorden.
▪ Recibir órdenes.
▪ Los ambientes calurosos.

Miedos:
▪ Es claustrofóbica, y teme muchísimo a los truenos y las explosiones.
▪ Le da pánico que alguien se le acerquen demasiado o la toquen y no respeten su espacio personal.

Fetiches:
▪ Ninguno en particular, es de mente "sana" y limpia. Aún así le parece atractivo los chicos con ropas tradicionales de japón.

Extras:
▪ Siempre lleva consigo el brazalete que su madre le regaló.
▪ Odia llorar por lo que, cuando está triste, lo oculta todo con una sonrisa, o con enojos.

Procedencia del personaje & Nombre original del personaje: Kurano Tomoka - Kurano-kunchi no futago jijou.

Rechazada

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