Infiltrada [Libre+18]

Desquiciada. Simplemente así se le podía llamar a la loba. Siempre trataba de infiltrarse en cada lugar en busca de una nueva presa... Siempre trataba de tener un ''algo'' todos los días. Esta vez, su objetivo sería el hospital. Se habría infiltrado perfectamente por las puertas traseras de la enorme edificación, robando un traje que al parecer le quedaría algo apretado, dejando el escote de sus bultosos pechos. De igual manera, la falda que le correspondía, no estaría tan larga como esperaba... Se sentía un poco incomoda, odiaba tener que llevar tanta ropa siempre.

Comenzó a caminar con una tabla de registros en sus brazos, los doctores en general le quedaban viendo con cara de bobos, eran muy fáciles para ella o poco atractivos, por lo mismo, fue a los últimos pisos de el lugar, curoseando cada habitación, viendo los diagnósticos de los pacientes y tambien examinando el físicos de esto, a ver si alguno le llamaba la atención.

Así fue como entró a una de las muchas habitaciones, se encontraba algo desolada, pero se podía apreciar los objetos de la persona sobre la cama, en un bolso, sobre el estante que correspondía a cada cama. Pero este estaba solo, no tenía compañero alguno. Se quedó sentada sobre la cama, desabotonando uno de los botones de la blanca camisa, liberando un poco más su busto. Menos asfixiante. - Are... are... Que aburrido está aquí... - Sus ojos violetas se entre-cerraron, dio por hecho que había fracasado el día de hoy.

El estar en contacto con el bajo mundo de la oscuridad, no el infierno o eso, sino el mundo de la corrupción, los negocios sucios, mercado negro, etc. Traía bastantes problemas, asi como riesgos que muchos preferían evitar y vivir una vida mas tranquila. Para Red no era asi, pues no tenia dificultad alguna en el momento de enfrentar aquellos problemas, mas que nada que por su actitud tan indiferente ante estos, pero no era asi para sus subordinados quienes eran mas débiles que el. Asi pues, se vio envuelto en un conflicto donde una de sus "empleadas" estuvo en gran riesgo de perder la vida de no ser porque fue llevada rápidamente al hospital donde lograron salvarla.

Pasaron un par de días y la dieron de alta, a lo cual se requería que su jefe, el pelinegro, fuera a firmar unos cuantos papeles para que pudieran hacer todo lo que el hospital debía de hacer tras atender un paciente. Camino a la salida, la empleada menciono a Red que había olvidado sus cosas en la habitación donde había sido hospedada durante su tratamiento, a lo que el sonriente chico le dio un pequeño golpe en la nariz jugando - Tienes que ser mas cuidadosa, son cosas importantes - se dio media vuelta para regresar al hospital no sin antes darle unas instrucciones a la chica - Vuelve y yo recogeré todo - la chica hizo como le ordenaron.

El amo recorrió el hospital hasta donde se había quedado la chica para ir a recoger sus cosas, a lo que no tardo mucho para cuando llego a la puerta de aquella sala. La abrió y para su sorpresa había alguien dentro sentada en la cama junto a las cosas, ¿alguna especie de espía enemiga o algo? pensó primero, pero no parecía ser el caso. - ¿Heh? pensé que nadie estaba aquí - sonrió con naturalidad mientras cerraba la puerta detrás de el quedándose a solas con aquella aparente doctora. Se acerco a ella y le observo con detenimiento de arriba a abajo, deteniendo su vista en aquel busto que estaba algo descubierto - ¿Acaso trabajas aquí? - actuaba con naturalidad, pero no podía evitar despegar su mirada de aquel lugar.

< Bingo. > Pensó al oír la puerta entrar, sus puntiagudas orejas se alzaron rápidamente, escuchando aquella voz tan llamativa. ¿Acaso la voz sería igual de interesante que su portador? Se giró con lentitud y un sonrojo recorrió la cara de la chica. Era lindo, atractivo y esos orbes rojos.. tan llamativos... Se aclaró levemente la garganta y trató de evitar sonrojarse. Se arregló el escote que tanto llamaba la atención de el chico, dejando así sus llamativas atribuciones un poco más juntas. Sonrió con levedad y luego de una manera bastante amable < Todos caen con eso... > pensó .

Tal vez - Respondió con esa sonrisa. Rápidamente se levantó y se arreglo el apretado uniforme. Sujetando aquella tabla de diagnósticos contra su pecho - O tal vez soy una asesina desquisiada que te quiere violar - Rió de manera juguetona - Ignora eso... - Se acercó levemente al chico, sus tacones resonaron al caminar - ¿te dieron de alta? - Sonreía aún, esa amable sonrisa.. tan tierna.. pero a la vez tan perversa.

Miró el diagnóstico que se encontraba en la cama, lo tomó, era de el chico, entonces empezó a revisar todo de él < ¿Una pelea? ¿Es Súperman? > Reía para sí misma < Kasai... Red... > - Así que... Kasai Red... - Apoyó su espalda contra la cama, flexionando una de sus piernas. Esta última acción causó que la falda se levantara levemente. - Entonces, cuentame... ¿cuál es tu versión de este diagnóstico? - comenzó una conversación.

Por la apariencia de la chica no era difícil el suponer que se trataba de una loba, si, Red veía algo mas que solo los atributos de aquella chica, pues tenia bastante control sobre si mismo y sus deseos, pero aun asi le era bastante placentero el observarla y dejar que sus deseos salieran a su gusto para poder divertirse un poco antes de tener que hacer lo que debía de hacer, podía darse un tiempo para si mismo.

El escuchar la respuesta de la evidentemente no doctora no le sorprendió, solo se le quedo observando ahora a los ojos, con una sonrisa muy tenue en su rostro e ignoro lo que había dicho como se le había pedido. - Supongo, no me quedare en un hospital toda la vida - sonreía de la misma forma en que ella lo hacia, eran bastante evidentes lo que ambos buscaban en ese momento.

La chica averiguo su nombre usando el diagnostico que se encontraba en la cama, no era de sorprenderse, pero algo parecía estarle causando gracia ¿que seria? - Asi es - tomo su gorra y la lanzo con precisión haciendo que quedara sobre la mesa ocultando algunas cosas debajo de esta. - Lo cierto es que no soy doctor - fue su respuesta al preguntarle sobre el diagnostico, acto seguido tomo aquel documento que revelaba su identidad, se lo quito a la chica, lo observo un poco y lo lanzo junto a su gorra. - Pero en pocas palabras, puedo decir que unos cuantos cuidados intensivos fueron necesarios - se acerco de golpe al rostro de la chica quedando las narices de ambos a una distancia casi nula de tocarse y le miro a los ojos con seriedad. - Doctora, ¿acaso requiero un ultimo cuidado? pero también, necesito saber su nombre - habló en un tono bastante juguetón mientras que sus orbes rojos miraban los violetas de la chica dejando notar poco a poco la perversión en ellos conforme se ocultaban lentamente detrás de los parpados.

Al observarle tan cerca, realmente, teniendole a roces de ella, aunque sus bultosos pechos quedaron apegados al torso de el joven. Un sonrojo inundó la cara de la castaña, sus manos cayeron flácidos a los lados y de seguido de apoyaron a las caderas de el chico. Se mordió el labio inferior, nerviosa. Sus orejas alzadas y sus orbes violetas pegados a los de el chico, aquellos ojos tan profundos. Lo quería, quería a Kasai Red, le daba igual si recién lo había conocido. Sus manos recorrieron el cuerpo de el chico y le rodeó con sus brazos, no lo soltaría por nada en el mundo. - Ragna-Chan... para ti - Le murmuró en el oído, dandole una leve mordida, la cual dejaría a los pocos segundos.

Un morboso pensamiento le recorrió la mente, parecía ninfómana. Todo el tiempo que llevaba en dicho lugar, todos los días llegaba con alguien diferente. Por unos segundos, de forma rápida se alejó de Red y se dirigió a la puerta, poniendole seguro, tomó la manilla de esta y la volteó, asegurando que la había cerrado completamente. Se volteó hacia el chico peli-negro y caminó hacia este, alzando sus brazos con lentitud le rodeó de el cuello.

No preguntaría nada, ella simplemente haría cualquier cosa para pasar unas largas horas con él. Con su mano diestra comenzó a recorrer el torso de el chico, llegando al comienzo de su camiseta, para luego introducir la mano dentro de esta y acariciar el abdomen de él - Me gustas... - Murmuró. Apenas recién sabía su nombre, pero solo lo que veía... ya era algo que le gustaba. - Y quiero hacerte mio. - Rió juguetonamente, mientras comenzaba a morderle la oreja. Era directa, sí, pero era la única manera de comunicarse.

¿Acaso era necesaria mas evidencia? Las acciones de Ragna-chan, o asi pidió ser llamada, le resultaron bastante agradables, no tanto por las sensaciones que le provocaban, sino mas bien por las intenciones detrás de estas. Ahora que nadie les iba a interrumpir podrían hacer lo que quisiesen sin preocupación alguna a que alguien los vieras, aun que solo para estar seguro también cerro las cortinas de la ventana a la par que la puerta era cerrada, para que no hubiera manera de mirar lo que pudiera ocurrir dentro de aquella habitación.

Al ser abrazado por su cuello, el correspondió abrazando por la cintura saboreando aquellas palabras que llegaban hasta sus oídos y que tanto le agradaba escuchar sin llegar a cansarse alguna vez, o por lo menos no se ah cansado de escucharlas hasta ahora. Asi como su abdomen era acariciando, el acariciaba la espalda baja de la chica por debajo de ese disfraz de doctor, el cual por cierto mejoraba bastante la experiencia de ese momento y mejor aun al estar dentro de un hospital.

No importaba que apenas se conocieran, eso era un detalle menor, el importante era el hecho de que ambos estaban de acuerdo en lo que iba a suceder y que seguramente iban a disfrutar. Separo un poco su cabeza para ahora poder susurrarle el a la oreja de la loba - Entonces, te concederé el ser tuyo en estos momentos, Ragna-chan - un pequeño soplo acompañaba sus palabras y posterior a esto dejo caer sus labios sobre el cuello ajeno y comenzó a besar este, mientras que su mano recorrían aquella piel suave llegando a encontrar las caderas por debajo de la falda donde comenzaron a dar un pequeño masaje. - Entonces pues, ¿que tanto te quieres divertir? - había vuelto a colocar su rostro frente al rostro ajeno, observando aquellos orbes violetas que parecían intentar envolverlo en alguna especie de hechizo. El volver por las cosas que habían quedado olvidadas, iba a valer la pena justo en este momento.

La habitación estaba oscura o realmente no del todo, el sol que pasaba a traves de las cortinas iluminaba lo necesario para dejar demostrar aquellos orbes rojizos de el chico que tanto llamaron la atención de la loba. Le encantaba aquel chico, realmente le gustaba. Tal vez sería una de sus presas favoritas... o uno de sus mejores acompañantes.

Sus orejas se movieron levemente al escuchar el susurro, un sonrojo recorrió a Ragnarok, los susurros era algo que le gustaba, era el lenguaje de la seducción. - En estos momentos y cuando quiera... - Respondió divertida - Porque sé que quedarás con mas ganas... - Esta última frase quedó casi para sí misma. Las manos de el chico le tenían engatuzada, realmente sintió una atracción diferente en él. Llevó su mano zurda hacia los botones de su blanca camisa y comenzó a desbotonarse lentamente, dejando al aire su ropa interior la cual era bastante ajustada y dejaba a gran proporción sus senos. - Lo suficiente como para desear más... - sonrió con malicia, esta vez esperaba a que el joven pelinegro se fijara nuevamente en sus atribuciones, aun así, la castaña no tardó en comenzarle a quitar la chaqueta al joven, para luego acercarse al cuello de este y comenzarle a morder con bastante lentitud, dejando notar bastante sus colmillos.

Sus manos al haber liberado al joven de la chaqueta se dedicaron a explorar el torso de este, masajeando el pecho de él, su espalda, tocando todo lo que fuera él. Sus mordidas lentas rodearon todo el cuello de el joven y para finalizar ello, lamidas y pequeños besitos recompensaban las marcas causadas por las mordidas y finalmente sus manos se acomodaron en las nalgas del joven, comenzando a presionar estas. - Ush... que bonitas... - Le murmuró al oído, con una risita algo infantil.

El pelinegro pronto fue despojado de sus prendas superiores quedando al descubierto su torso que tanto parecía agradar a la chica pues al parecer no podía dejar de acariciarlo, pero pareció tomar un cierto interés por las caderas del chico después de que su cuello fuera mordido, lamido y besado provocando que comenzara a excitarse por la situación y esto se veía reflejado en una muy conocida anomalía que estaba comenzando a hacerse notar en los pantalones del pelinegro por la esencia y manías de esa mujer.

No pudo evitar el reírse un poco junto con ella ante el comentario que había hecho sobre sus nalgas, asi como tampoco podía evitar de presenciar los atributos de la mujer, sobretodo cuando ahora estaban casi al total descubierto puesto que eran cubiertas por las ropas interiores, pero era algo que podía cambiar. - Bonitas, ¿eh? - bajo un poco la cabeza quedando a la altura de aquellos voluptuosos senos y los miro fijamente - Creo que estas son mas bonitas - llevo una de sus manos hacia la ropa interior de la chica para ayudarle a que se la quitara, pues se notaba que le estaban apretando un poco y dejo caer la ropa al suelo - Asi se miran mucho mejor - usando ambas manos comenzó a acariciar los pechos de la chica con una obvia expresión de malicia y satisfacción en su rostro disfrutando de aquella sensación tan suave que se sentía en sus manos.

Al querer volver a incorporarse nuevamente, su pie resbalo con las ropas interiores que le había quitado a Ragna, lo cual provoco que cayera en la cama de hospital, jalando a la chica junto con el y haciendo que quedara sobre el, aun que sabia que esto no había sido un mero accidente. - Ah, lo siento, creo que resbale - sonrió un tanto inocente como si en verdad hubiese sido accidental o como si ni siquiera supiera lo que sucedía en ese momento.

La sensación de sentir sus pechos al aire, se sentía más liberal, ella acostumbraba a usar poca ropa y así estaba bien. No esperaba tardar mucho en empezar los jugueteos y manoseos con el pelinegro, a este paso, empezaría más rápido de lo que creía y especialmente aquella ayuda de ese '' resbalón ''. Al haber quedado sobre el joven Red, una sonrisa se formó en su rostro con cierto tono pervertido, no tardaría muchos segundos para que con una de sus manos comenzara a despojarse de la única prenda inferior, la falda.
Se levantaría levemente para quitarsela, y luego quedar con aquella ropa interior tan fina, pequeña y apegada de encajes de color negro. Estaba simplemente con esa pequeña prenda y sentada por encima de donde correspondería estar el miembro de el joven - ¿te gusta lo que ves? - Se mordió el labio inferior, para luego comenzar a mover sus caderas con suavidad y lentitud contra la entre piernas de el chico, sintiendo ya un pequeño bulto en dicha zona.

Uh... veo que despertó antes... - Seguía moviendose con bastante apego hacia el joven. Mientras que con sus manos comenzaba a desabrochar el pantalón de el chico y luego a bajarlo, dejando simplemente la ropa interior de él donde aquellos movimientos de caderas comenzarían a hacerse un poco más rápidos y apegados, espernado a obtener un miembro erecto y bastante duro para comenzar el juego. - Tocame, Red. - Tomó las manos de el joven, posándolas en sus senos, esperaba de parte de el chico que los apretara, manoseara y hasta pudiera sentir su lengua en estos. Quería llegar a juguetear con él todo lo posible, llegando a probar de todo un poco.

El objetivo de ella en esos momentos, sería completar fantasías sexuales llegando a ciertas poses y morboseos, siempre que ya trataba con algún 'cliente' en particular, esperaba hacer de todo por sus mismos deseos. - Quiero... - Miraba la zona de el miembro de el chico, comenzando ya a jadear como tal cachorrita luego de tanto ejercicio. Ella esperaba sexo oral de parte de ambos, tal vez realizar un sesenta y nueve si es que les daba el momento... en su interior, sentía un palpitar que poco a poco despertaba.

¿A Red le gustaba lo que veía? - Claro - de eso no había duda alguna. Sin duda la chica tenia un gran cuerpo que no solo se veía bien, sino que ademas también se sentía muy bien. Aquellos roces entre ambas entrepiernas provocaban que su miembro se endureciera cada vez mas y creciera aun mas como su señal de agrado, mas aun cuando ahora ya no tenia los pantalones que le estorbaran y ahora el contacto era un poco mas directo que antes, pero aun asi parecía ser que no era suficiente, pues los boxers aun estaban estorbando y no dejaban sentir del todo la entrepierna ajena que era lo que tanto pedía el miembro de Red.

Dejando lo anterior de lado, las manos del pelinegro volvieron a sentir esa suave sensación que se trataba de los senos de la chica los cuales esta vez jugó un poco mas con ellos, apretándolos y acariciándolos, pero ahora con la diferencia de que se incorporo un poco para poder alcanzarlos con su boca y poder jugar un poco con su lengua en ellos humedeciéndolos.

Se detuvo en el momento en que escucho el "Quiero" de Ragna, lo cual hizo que la volteara a ver y noto como tenia su mirada fija en su entrepierna, por lo que dejo de hacer lo que estaba haciendo para sentarse bien en la cama. - Esta bien, pero a cambio también quiero algo, ¿sabes? - le ayudo a acomodarse en una pose de tal manera en que ambos pudieran darse gusto mutuamente por medio de sus bocas, quedando ella nuevamente sobre el, pero ahora volteando al lado contrario, hacia su entrepierna a lo cual el pelinegro podía ver la entrepierna de la chica. Termino por quitar la única prenda que le quedaba a la loba viendo directamente sus partes intimas y empezó a manosearlas con sus dedos de la mano derecha. - Nada mal, Ragna-chan - con su mano izquierda acaricio las nalgas ahora desnudas y después de poco no se dio a resistir mas. Se incorporo un poco nuevamente y volvió a jugar con su lengua, esta vez en la entrepierna.

Se dejó, simplemente se dejó mover. Hacía todo lo que Red pedía y ahora una sonrisa de oreja a oreja se le había formado al oírle '' Yo también quiero algo... '' Simplemente esto sería el gusto que tanto esperaba en esos momentos. Por lo mismo no se negó y ayudó a acomodarse claramente. Se acomodó su cabello a un lado para poderse ayudar al siguiente trabajo bucal que tendría. Aquella sonrisa tan pervertida y llena se lujuria no se le borró, y en el momento en que empezó a quitarle esa prenda tan molesta, aquella prenda que escondía el viril miembro de el chico, soltó un gemido imprevisto. Fue la primera lamida que el pelinegro había dado - A-ahm... Red... - Daba suaves gemidos mientras sentía aquel jugueteo en su zona de sexo.

No tardaría mucho para comenzar su trabajo, o realmente, su propio gusto. Pensaba en realizar una sensual masturbación con sus senos, así que por lo mismo, rodeó el miembro del ojisrojos y presionando aquel miembro tan erecto comenzó a lamer la punta de este con su lengua, luego ingresaría de tal manera el miembro de el chico dentro de su boca, succionando así y lamiendole dentro de ella. - Mmm... - Gemía con suavidad aun ante las lamidas de el joven.

Inconscientemente unos movimientos de caderas comenzaron a hacerse notar, para darle más placer a las lamidas ajenas, aún así, la joven se aferró con una de sus manos a la pierna de el joven, para comenzar a lamer el miembro erecto un poco más rápido y masajearle con sus senos rodeandole el pene < Me encanta... > sus pensamientos lujuriosos dominaban aun más su mente.

Disfrutaba de aquel momento tan agradable, donde no solo podía sentir un agradable masaje con aquellos suaves senos ademas de la sensual boca de la chica trabajando en su miembro, sino que ademas podía saborear la deliciosa intimidad de la chica. Para cambiar un poco la acción, se decidió por usar sus pulgares para poder abrir aquella vagina de par en par y observarla por dentro a lo cual sonrió con bastante malicia. Metiendo uno de sus dedos indices en la intimidad de la loba repetidamente, comenzó a acariciarle y a sentir sus interiores en la yema de su dedo, lo cual le parecía bastante agradable y pronto intercambio nuevamente con su lengua esta vez llegando lo mas profundo posible para asegurarse de saborear cada rincón de aquel manjar.

Entre mordidas, lamidas y caricias fue "degustando" de la intimidad de la loba poco a poco, mientras disfrutaba a la vez de como jugaban con su propia, pero no iban a durar asi todo el tiempo, solo lo suficiente para que ambos estuviesen preparados para lo que iba a seguir aunque tampoco quería apresurar a Ragna, cosa que era extraña en el la mayoría de las veces, pero tampoco la iba a dejar ir sin llegar hasta ese punto.

Después de tanto tiempo de placer y de estar siendo provocado, finalmente sintió esa extraña sensación que le recorría el cuerpo cada que llegaba a uno de sus puntos máximos, pero no dio aviso alguno. De pronto, aquel liquido blanco salio disparado de la nada como consecuencia de las acciones de Ragna sobre aquel miembro. - Oh, parece que ya obtuviste un primer regalo - le felicito y después extendió una de sus manos hasta su cabeza para acariciar una de aquellas orejas que tanto le llamaban la atención en las lobas - Ahora, ¿viene lo siguiente? - pregunto retorico, pues no era como si necesitase la respuesta.

Su cuerpo erizado se apreciaba completamente, disfrutaba esos masajes de el pelinegro y las lamidas... sus gemidos eran suaves al igual que sus jadeos. La intimidad propia cada vez se humedecía más, hace bastante no sentía tan buen sexo oral como el que le regalaba el pelinegro. Al igual que ello, tampoco podía parar sus movimientos de caderas inconscientes para causarse a sí misma un poco más de placer.

Seguía masajeando el miembro de el chico con sus senos, lamiendole, mordiendole, dandole el sexo oral que tanto se pedían entre ambos en silencio y solo por sus acciones. Ella sabía que pronto el chico de ojos rojos podría 'correrse', conocía perfectamente ciertos tiempos y ella lo estaba haciendo correctamente y claro, no fallaría. Aquel liquido blanco invadió el rostro de la loba, para luego separarse de este y dejar que bañara sus senos, gimió con gusto a pesar de ello. Observó de reojo al pelinegro al oirle y sonrió con morbosidad mientras se relamía sus labios.

Se dejó acariciar, no era de las que dejara acariciar sus orejas, pero bueno, una sonrisa invadió su rostro, de tal manera que comenzó a separarse de el cuerpo ajeno para voltearse y quedar frente a frente con el chico. Ella aun no había llegado a su climax, pero no sería muy difícil en ese estado - Lo siguiente... - Dijo murmurando mientras sus manos se encontraban apoyadas a los lados de la cabeza de él, sus senos estaban un poco más arriba de el pecho de él y sus piernas estarían apoyadas a los lados de su cadera. - Ahora... Red... - Rió levemente mientras se iba sentando sobre él, haciendo que el miembro de el pelinegro entrara en la zona de su sexo. Soltó un leve gemido y comenzó a moverse lentamente contra él - Vamos.. .Red... - Jadeó levemente.

Había comenzado finalmente, aquello que ambos parecían estar buscando ahora estaba sucediendo. El placer de sentir el cuerpo de Ragna había invadido por completo el ser de Red, disfrutando cada momento, cada roce de aquel evento donde su miembro llegaba a erectarse incluso un poco mas aun después de haber eyaculado, llegando hasta su máximo grosor y medida.

Poco a poco sentía como perdía la cordura con lo que estaba sucediendo, como si no la hubiese perdido ya en ese momento o incluso desde hace ya un tiempo. - Ah, esto es bueno, bastante bueno - su respiración comenzaba a hacerse un poco cada vez mas fuerte, ademas de que empezaba a sudar un poco por todo el movimiento. Llevo sus manos hacia las caderas de la loba para sujetarla y comenzar a mover las caderas a la par junto con ella, haciendo los roces mas intensos y a la vez intentar penetrar lo mas profundo que pudiera dentro de ella.

Sus manos parecían estar inquietas de quedarse en un solo lugar, por lo que no tardo mucho para cuando empezaron a recorrer la piel tan suave que tocaban, acariciando las piernas, caderas y después empezaron a subir por el cuerpo de la chica llegando hasta sus senos que estaban aun cubiertos por aquel liquido blanco que hacia un momento había salido del miembro del pelinegro. Aquellas inquietas manos, empezaron a jugar con esos pechos tan suaves y de una forma tan perfecta que no ayudaban mucho a resistir la tentación. Entre jalones y apretones se entretenían las manos traviesas, incluso frotando aquel liquido blanco por el cuerpo de la loba.

Se movía tan rápido, jadeaba con tanto placer, su lengua se apreciaba ya afuera. Era toda una loba salvaje en sus mejores momentos, el sonrojo estaba hasta el máximo en su rostro mientras que su cola se movía de lado a lado ante las penetraciones, trataba de hacer las penetraciones lo más lento y suave en el momento, le encantaba sentir como aquel pelinegro violaba su intimidad.. ¿violar..? Se relamió los labios mientras dejaba manosear sus senos con bastante libertad.

Juguemos... -jadeaba entre palabras, apoyaría sus manos en el pecho ajeno para comenzar a manosear este con bastante naturalidad y sin permiso alguno - A que tú eres el violador y yo la violada... - Rió de una manera bastante coqueta, manteniendo aquellos movimientos tan lentos, tratando así de hacerlos mucho más sensuales, alzando sus manos, jugueteando con su cabello, dedicandole miradas al ojisrojos, trataba de darle el mejor toque para que él comenzara pronto con el juego. Tenía algo en mente, pero quería ver si compartía lo visto con él, después de todo... la lujuria era compartida ¿por qué no las fantasías? Practicamente, la joven quería ver el lado 'malo' de Red, quería conocer su otra faceta... Tal vez tuviera algo que le gustara y le atrajera aún más.