Crimson House [Burdel de Red]

Tras haber salido del lugar de los vinos y de la fiesta y del centro comercial, comenzamos a dirigirnos hacía casa. Sería la primera vez que la esclava conocería el lugar donde iría a vivir a partir de ahora por lo que el pelinegro se preguntaba ¿que tipo de reacción tendría al llegar? ¿Sería lo que esperaría? ¿Y que esperaría exactamente? Ya todo se aclararía en el momento en que llegarán si es que ella llegaba despierta y no le ganaba antes el efecto del alcohol.

La casa de Red, tenía en el primer piso un burdel del cual sacaba dinero como dueño, aunque pocas veces lo visitaba ya que la mayoría del tiempo se la pasaba en el segundo piso o fuera de la casa mientras llegaba la hora de cerrar. El segundo piso era como una mansión, grande y donde fácilmente podrías llegarte a perder si no conocías los pasillos.

Por aquello de las dudas, Red terminó cargando a su esclava en su espalda para evitar que de pronto cayera al suelo o que tuviera que usar fuerzas de mas para caminar. Esto era algo que muy rara vez se veía, sobre todo viniendo de alguien como el que solo vivía para ser servido, pero de cualquier forma le agradaba lo que estaba haciendo tanto que ni siquiera le importaba la opinión de la chica sobre si quería ser cargada o no. - Llegamos - dijo mientras abría la puerta principal dejando ver el burdel y luego se dirigió por las escaleras hasta la que sería la habitación de Camille y la dejó en la cama.

Hubiera podido ser descrito como un viaje largo y agotador por la joven, quien parecía cansada, pero a medida que progresaban en el camino, los efectos del alcohol parecían disminuir.

Sin embargo, ella aún parecía estar un tanto agotada. Tenía las memorias un tanto confusas y parecía tener la sensación que fuera a caer dormida en cualquier momento, sin embargo se mantenía de pie caminando al lugar donde ahora serviría a su nuevo amo. Aunque lo que quería hacer realmente, era llegar a relajarse y de ahí a dormir, claro, si antes no se presentara algún deber que realizar o algo que tuviera que hacer. Afortunadamente, no creía tener que hacerlo entonces, ya en la mañana empezaría a trabajar después de todo…aunque ella misma desconocía que tipos de trabajos haría. Al llegar a la residencia de su amo, Camille no fue capaz de verla muy bien por la oscuridad, tampoco el primer piso, mas luego sintió cómo era cargada. Entonces prestó más atención, y lo que vió alrededor le sorprendió.

Parecía una preciosa mansión, una sacada de algún relato. Sin embargo, cuando se dio cuenta, Red ya la había llevado a una habitación. No parecía la del dueño de la casa, así que ella supuso que era la que le pertenecería a ella. Recostada en la cama, cuando la dejó allí, un impulso de ella le jaló levemente de su prenda, como reteniéndole. La verdad,no quería que se vaya todavía, por alguna razón que ella desconocía. Quizá, porque simplemente no quería estar sola.

Después de acomodarla bien y de cubrirla para que no le diese frío, ya estaba dispuesto a retirarse hacía su propia habitación para descansar lo que quedaba de noche, pero sintió un jalón en sus ropas que lo detuvo al instante y lo hizo voltear a ver a la chica. Rápido interpretó eso como una petición para que le acompañara - Esta bien - sonrió, de cualquier forma ya estaba muy cansado como para tener que caminar hasta su habitación.

Hizo a un lado a la chica y de alguna forma se metió entre las sabanas de la pequeña cama sin que ambos cayeran, para esto la abrazó y la pego lo mas posible a el colocando la cabeza de la rubia debajo de la de el. - Descansa - no dijo mas y solo se dispuso a dormir. Hacía tiempo que no dormía de esa manera, pero le resultaba extrañamente agradable sobre todo tratándose de Camille pues era la primera vez que dormía con alguien sin algún motivo lujurioso o parecido.

Así la noche pasaría y pronto llegaría el día donde todos comenzarían a levantarse y a comenzar las labores diarias de la mansión para mantenerla funcional, asi como prepararse para abrir el burdel al medio día. Las criadas se levantarían para hacer la limpieza como acostumbran en todas las habitaciones y entonces se llegarían una sorpresa al pasar por esa habitación donde Red descansaba junto a una esclava nueva, aun que claro esta que esto no le importaría al pelinegro.

De repente, la joven empezó a sentir un cuerpo junto a ella,junto a una cálida sensación.Cuando volteó la mirada, tenía a Red apegándola a ella,acostado en su cama, y aunque alzó la mirada para observarle, su rostro fué rápidamente acomodado en el pecho de éste.

Ella por su parte, se acomodó contra el cuerpo de Red, y se sintió tan cómoda que no quiso moverse,así que luego de escuchar la voz de su amo, el sueño la invadió por completo y le durmió, toda la noche y sin interrupción alguna. Apenas ni se había cambiado, seguía con su vestido rojo que usó en el baile,mas eso no le incomodó en su sueño.Aunque el hecho de que ambos compartieran cama aquella noche pudiera ser interpretado de otra manera, por parte de Camille, ella se sintió bien el no haber hecho esas cosas.

Pensó apenas entonces que había sido una suerte que su amo se hubiera controlado en aquél salón. El sueño fue bastante completo y tranquilo para ella.Se levantó cuando escuchó el sonido de la puerta chillar, abrió sus ojos y se encontró con una figura femenina,quien al notar que ambos estaban echados en la cama,hizo un gesto de incomodidad en su rostro,y se retiró de la habitación.Se dio cuenta que las labores ya habían empezado,y que no sería bueno escapar de ellas.Empujó levemente al joven, despertándole,sin ser muy brusca.-Red-sama...Ya es de día...¿Que tengo que hacer?-

Dormía profundamente como no lo había hecho por mucho tiempo, puede que la razón sea porque compartía el sueño con Camille o simplemente había pasado demasiado tiempo sin dormir en otra cama que no fuera la suya la cual encontraba un poco rígida e incomoda, pero no había logrado conseguir otro colchon con las medidas adecuadas y que le confortara como deseaba. En sus sueños escuchaba la voz de su esclava quien intentaba despertarle, pero el solo volvía a acomodarse de una manera diferente intentando seguir con el sueño.

De igual forma, no paso mucho tiempo para que abriera los ojos y se levantará algo desorientado, mirando alrededor en lo que reconocía la situación. Luego miró a Camille confuso - ¿Quien eres? - al principio no la reconoció mas que nada porque aun veía borroso, pero pronto se aclaro su vista y su memoria - Ah es cierto, tu eres Camille - dice aun adormilado y se talla la cabeza con la mano levantandose poco después. Se estiro como solía hacer y luego procedió a salir del cuarto. - Ven conmigo - le dijo a la vez que abría la puerta.

En el pasillo mando a llamar a todas las sirvientas y empleadas del lugar, a lo que no tardaron mas de pocos minutos en reunirse todas frente a Red y saludarle con una reverencia acompañada del "Buenos Dias Kasai-Sama". - Buenos Dias y eso... - suelta un bostezó y luego procede - Escuchen, ella es Camille y sera mi nueva sirvienta, espero que la traten bien - lo único que hacen es hacer una reverencia como la anterior, indicando que captan la orden. Luego Red se vuelve hacia la nueva sirvienta - Escucha, te presentaré a las empleadas, memoriza los nombres que puedas... - entonces comenzó nombrando a cada una de las 12 empleadas que había en su mansión y una vez termino le indico sus deberes - Solo deberás concentrarte en limpiar el lugar, pero por ningún, por ningún motivo bajes al primer piso hasta que yo te lo indique mas tarde, ni siquiera si te dicen que lo hagas y si te obligan me gritas, ¿entendido? - se quedó esperando reacción de Camille, ya que sabía lo que hacían en el primer piso y no quería que ella pasara por eso.

A la joven le divertía un tanto el hecho de que su amo tuviera un fuerte sueño, o al menos eso aparentaba esa mañana, aunque al fin despertó.Se le hacía un tanto adorable verle de esa manera, aún con un poco de sueño.Hasta le causó gracia cuando apenas le reconoció luego de unos segundos, soltando una pequeñísima risa. Cuando finalmente salieron de la habitación.

Increíblemente al llamado de Red, un grupo de trabajadoras se presentó.Mientras escuchaba sus nombres, tratando de aprendérselos, Camille tuvo cierta curiosidad del por qué todas las que se encontraban en ese lugar eran mujeres, mas no le dió demasiada importancia, y miró a cada una de ellas.No parecían difíciles de tratar,aunque tampoco esperaba que durante su estancia allí le agradara a todas.Entonces,tan solo mostró una sonrisa cordial y dijo unas cortas palabras como presentación, como siempre solía hacer.

-Espero que podamos llevarnos bien-Luego de esto, escuchó atentamente lo que tendría que hacer, pero no pudo evitar preguntar sobre la última indicación.-Um...Red-sama...¿Por qué?- luego de hacerlo ,comprendió que quizá no debió de preguntar.Sin embargo, no dijo nada, prefería saberlo de todos modos.

PD:Perdón por la longitud del post xDU

Esperaba que solo acatara la orden y le hiciera caso no yendo hacía abajo, pero al parecer no iba a ser así y tendría que dar una explicación. No le agradaba mucho la idea, por alguna razón no quería que se enterara, pero igual lo terminaría haciendo tarde o temprano. La miro fijamente y poso una mano sobre su hombro - Ven conmigo un poco - le dijo seriamente. Volteó a ver a todas las demás y con un simple movimiento les indico que se retiraran a lo que obedecieron y el tomo la mano de Camille llevándola consigo.

No paso mucho tiempo para cuando Red se detuvo en una de las puertas y saco una llave para abrir la puerta y poder entrar, era la única habitación que requería llave para entrar y eso se debía a que era la habitación de Red. Una habitación bastante grande que incluso tenía un jacuzzi al medio y después de este había una cama bastante elegante un poco de estilo medieval pero los demás muebles eran mas contemporáneos haciendo un contraste interesante y elegante.- Pasa - esperó a que la chica entrara y luego cerró la puerta.

Luego se sentó en la cama y a ella le indicó que se sentara en una silla frente a el - No quería que supieras esto, pero igual lo terminaras sabiendo - le miraba seriamente - Escucha, este lugar es un burdel y yo soy dueño de el, durante el día y hasta el caer de la noche esta abierto para que cualquiera entre a "relajarse" un poco y todas las sirvientas están a disposición de elegir para tener - se levantó y tomo una botella con vino sin alcohol, se sirvió en un vaso y dio un sorbo a este antes de volverse a la chica nuevamente - Asi que no quiero que bajes y te vean o te podrán elegir y habrán problemas ¿entendido? - dio otro sorbo a su vaso y después le ofreció algo de vino a ella.

OFF: No te preocupes, yo ando sin inspiración D:

Sinceramente, por la mente de la chica nunca se le habría ocurrido que le respondería la duda. Mas bien, creía que le largaría la pregunta y haría lo que fuera que tenga que hacer a continuación. Un poco extrañada, por su actitud de repente, la rubia siguió sin rechistar a su amo hasta una habitación, notoriamente diferente a las demás, ya que ésta tenía un acabado diferente, y además por lo que notó se abría con una llave que él portaba consigo para entrar. Como supuso ella, el cuarto a donde la había conducido era la recámara de Red. Era bastante elegante también a la vista de Camille, pues aparte del salón principal donde se encontraba antes, parecía que aquella habitación fuera propiedad de alguna persona millonaria. Se sentó en el lugar indicado, esperando lo que tuviera que decirle tranquilamente.

Lo que escuchó a continuación, la sorprendió bastante. Era de esperar que lo que manejara fuera un negocio exitoso por todas las cosas que había visto en aquella residencia, pero algo de tal índole…¿Aquellas jóvenes, de hace un rato? ¿En verdad..? Bajó la mirada y escogió bien sus palabras para expresarse a continuación, pues en ese momento se sentía incómoda como nunca. Sentía como su cuerpo se tensaba y le era difícil hablar, pero hizo un esfuerzo.-E-em…yo…yo ¿también tendré que hacer eso en algún momento?- En verdad no le gustaría demasiado, pero si eran órdenes, nada podría hacer. Sin embargo, por lo que dijo luego, supuso que Red tampoco quería tal situación en ella. Aceptó la copa de vino que le ofreció, esperando que no tuviera tales efectos como los de la última vez, una ocasión bastante vergonzosa para ella,así que sólo tomo un sorbo de vino y dejó el resto de la bebida reposada en una mesilla que había cerca.-Esta bien. Siento que de alguna manera no debí preguntar…- dijo la rubia un poco incómoda.

Sin embargo, antes tenía otra pregunta.-Uh…¿Red-sama? ¿Si no voy a hacer lo que las demás sirvientas para qué me escogió entonces?- Al acabar de decir eso, sintió que estaba haciendo preguntas que no debía, una tras otra.